EL HOSPITAL DE LOS MIL MILLONES Y LA PRENSA DE UTILERÍA: CRÓNICA DE UNA CONFERENCIA PATÉTICA
Un único postor. Una buena pro entregada casi como si se tratara de un trámite administrativo. Y una prensa que, en lugar de cuestionar, se convierte en caja de resonancia. Así se está cocinando el hospital de los 989 millones de soles que el gobernador René Chávez promete como la “obra más importante de salud en la Amazonía”.
Veamos. En la conferencia y en la entrevista radial, el
gobernador repitió varias veces la narrativa de que todo fue “abierto y
transparente”: primero 22 empresas, luego 12, y al final un solo consorcio (San
Juan) que quedó como único postor. ¿Y eso es normal? ¿Acaso un proceso
de casi mil millones de soles puede cerrarse con un único participante, sin
levantar sospechas de que algo se cocinó en el camino?
El gobernador asegura que “se levantaron todas las
observaciones” del OSCE y de la Contraloría. Muy bien, ¿y dónde están esos
documentos? ¿Por qué no los mostró en la conferencia de prensa? ¿Por qué no
se repartieron copias oficiales a los periodistas, oleadas y sacramentadas,
para que ellos mismos constaten la limpieza del proceso?
Ahora bien, si la obra es tan transparente y tan limpia como
dice el gobernador, ¿por qué en la conferencia de prensa no estuvieron
presentes los representantes de la Contraloría, del OSCE y de la empresa
ganadora sentados en la mesa de honor? ¿Por qué no hubo una validación
institucional conjunta, con documentos en mano, para darle credibilidad al
proceso? ¿Por qué el gobernador se rodeó solo de periodistas dóciles a quienes
pidió, casi en tono de súplica, que transmitan su mensaje “a toda la región”?
La prensa, lamentablemente, no preguntó nada de eso. Nadie exigió el expediente técnico. Nadie pidió los documentos que acrediten el levantamiento de observaciones. Nadie preguntó por la denuncia presentada por cuatro consejeros ante la Fiscalía. Nadie cuestionó por qué se bajaron los requisitos de experiencia del postor. Nadie dijo nada. Al contrario: aplaudieron, hicieron preguntas de trámite, y avalaron con su silencio un proceso que huele a podrido.
El discurso del gobernador también deja frases reveladoras:
- Reconoce
que hubo solo un postor.
- Afirma
que “se ahorraron” 8 días hábiles al consentir de inmediato la buena pro.
¿Un ahorro o una apurada peligrosa?
- Promete
una “clínica oncológica” con todas las tecnologías, radioterapia, salas de
operación, etc. ¿Sobre qué sustento técnico? Nadie lo sabe, porque nadie
ha visto el expediente.
Lo más inquietante es la confesión implícita: Chávez admite
que, como ocurre con el Hospital Iquitos, esta mega obra de casi mil millones
va a quedar para su sucesor. Es decir, un proyecto inconcluso más, con la
diferencia de que este será el más caro de todos.
Así se fabrica el “hospital de los mil millones”: con una
licitación exprés, un único postor, una buena pro consentida a toda velocidad,
una prensa sumisa y una población que tendrá que pagar el precio más alto.
Y mientras tanto, los periodistas callan. No tienen la
potestad ni la autoridad para validar un proyecto cuestionado, pero jugaron a
ser jueces y notarios de una obra que nadie ha revisado en detalle. En otras
palabras: avalaron sin pruebas.
El costo del hospital es otro capítulo aparte. Casi mil
millones de soles. Para comparar: el Hospital Iquitos, que esta tardando
casi diez años en terminarse, se valorizó inicialmente en apenas 200 millones.
Es decir, con lo que costará este nuevo hospital, podrían construirse cinco
hospitales equivalentes en otras provincias de Loreto: El Estrecho, Caballo
cocha, Contamana, Nauta, Requena, donde la población sigue esperando atención
básica. Pero no: se levanta otro hospital gigante en Iquitos, en un radio de
menos de 3 kilómetros donde ya existen tres hospitales (Apoyo Iquitos, Essalud
y el mismo Regional) más postas médicas, IPRESS y centros privados. ¿Y las
demás provincias? Que sigan esperando. Una centralización insana que
solo alimenta el ego político del gobernador, no las necesidades reales de la
población.
Pero hay un detalle: se olvidó de lo esencial, de lo
único que hace funcionar un hospital—los médicos y el presupuesto para
sostenerlo.
Lo más obsceno de este anuncio no es solo el costo
descomunal de casi mil millones de soles, sino la mentira disfrazada de
“progreso”. ¿De qué sirve un hospital con 16 quirófanos, 40 sillones para
quimioterapia y hasta un helipuerto, si hoy ni siquiera se puede garantizar un
anestesiólogo por turno en el Hospital Regional existente?
El gobernador habla de “clínica de cáncer en la Amazonía”
como si bastara con cemento y fierro para tener oncólogos, hematólogos,
radiólogos y técnicos listos. ¿De dónde saldrán esos profesionales si el MINSA
ni siquiera cubre las plazas vacantes actuales en Iquitos? ¿Qué garantía existe
de que el día que inauguren el hospital no tengamos un cascarón de lujo vacío
de especialistas, funcionando a medias y mendigando presupuesto a Lima?
Porque construir con mil millones es fácil cuando no es tu
dinero. Lo difícil, lo serio, lo que nunca explican, es cómo se sostendrá en el
tiempo. Y en eso, como siempre, no hay un solo argumento, ni un plan, ni una
verdad. Solo propaganda.
Hoy, en el Hospital Regional que ya existe, faltan
profesionales para cubrir turnos básicos. El Hospital Iquitos, sigue a
medio gas por falta de equipamiento y de personal. Si el presente es un
desierto de especialistas, ¿cómo puede garantizar el gobernador que en tres
años aparecerán mágicamente los equipos médicos que ni el MINSA ni EsSalud logran
contratar?
la gran pregunta que nadie se hace
El gobernador no se cansa de repetir, como disco rayado, que
esta es “la obra más esperada por todos los loretanos y loretanas para mejorar
el sistema de salud”. Pero ¿desde cuándo se mejora un sistema de salud concentrando
todo en una mega mole de cemento y ladrillo sobrevalorada en Iquitos, cuyo
costo equivale al de cinco hospitales tipo Hospital Iquitos? ¿Acaso el
gobernador consultó a alguien más allá de su círculo de contratistas para
justificar este despropósito? ¿Hizo una encuesta, un estudio serio de
necesidades, algo que respalde su relato? Nada.
La única pregunta que parece haberse hecho es otra: “¿Con qué obra puedo
asegurarme un buen diezmo?”
¿Será un hospital de verdad o solo un monumento a la vanidad
de un gobierno que se irá dejando cemento sin salud… y llevándose de
arranque un botín disfrazado de “avance de obra” y adelantos millonarios?
Alberto Vela
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