La Foto del Circo Judicial – Loretano: tambalea el reino de impunidad de René Chávez
En Loreto, la corrupción siempre parecía tener un blindaje más resistente que el de un tanque de guerra. Pero esta vez, la armadura tiene una grieta: un audio explosivo y una publicación de la periodista Luz Marina Herrera en el Periodico Luz Verde que han puesto a tambalear el pequeño reino de impunidad del gobernador René Chávez.
El audio es tan claro que ni el más creativo de sus
asesores y Avengers podría inventar un pretexto convincente; y la publicación,
tan directa, que deja sin margen a los fiscales anticorrupción para seguir
practicando su deporte favorito: mirar
hacia otro lado.
En
cualquier lugar decente, esto bastaría para provocar renuncias,
detenciones y conferencias de prensa de emergencia. Pero aquí, donde el cinismo
es política pública, lo que tenemos es un silencio de velorio por parte del
gobernador y una serenidad casi zen de los fiscales.
Lo que sigue es un artículo que desnuda la comedia
macabra de un sistema que finge no escuchar ni ver, mientras la ciudadanía ya
tiene pruebas en mano:
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CLAUDIA VELA Y EL "INGE" RODRIGO VÁSQUEZ |
En
Loreto, la justicia no se vende… ¡se remata al mejor postor y con delivery a
domicilio!
En la esquina uno, el “Inge” Rodrigo Vásquez,
pareja de la asistente fiscal Claudia Vela, que presume de tener a todos
los fiscales anticorrupción en el bolsillo… y si no están en el bolsillo, los
acomoda en la mochila. Se ufana de poder “parar huevadas” (léase: archivar
casos) contra el gobernador René Chávez, a cambio de un módico precio
que nunca termina en recibo. Es el típico “operador” que no firma nada, no figura
en ninguna nómina, pero decide quién se hunde y quién flota.
En la esquina dos, Jhon Temis, supuesto “mandamás”
de OPIPP, que vive vendiendo el cuento de que controla fiscalías y jueces, pero
cuyo “poder” es puro humo revendido por intermediarios. Se presenta como
“intocable”, aunque la mitad de su leyenda es inventada por su abogado de
cabecera, Percy Zúñiga, y la otra mitad es copia barata del guion de El
Padrino.
En la esquina tres, Llomer Salinas Ríos, abogado
estrella de René, que —según los audios— cobra hasta 50 mil soles mensuales
“para repartir entre fiscales”… pero que, oh
sorpresa, se queda con la torta completa junto a su socio “Steve”(¿?) y deja a René con las migajas y
el expediente abierto. El reparto, por cierto, también incluye a Temis, que come
gratis del plato ajeno.
El libreto es sencillo:
todos prometen contactos, todos cobran, todos mienten y todos se traicionan…
mientras el gobernador es timado por sus propios “salvadores”. Los fiscales
nombrados en la conversación se hacen los ofendidos y presentan denuncias, como
si recién se enteraran de que el circo existe y ellos tienen carpa reservada.
Las implicancias de esta trama
Lo que revelan estos audios no es solo chisme político:
es la radiografía de cómo funciona la industria de la impunidad en
Loreto. La corrupción no se limita a robar plata del Estado; incluye redes
paralelas de operadores, abogados y supuestos “contactos” que negocian justicia
como si fueran vendedores ambulantes. Aquí no importa la verdad ni la ley: lo
único que se discute es “cuánto” y “con quién”.
Cuando el sistema fiscal y judicial se convierte en un
mercado negro, los corruptos no necesitan ser astutos: solo necesitan tener
presupuesto para comprar tiempo. Y mientras el caso se “negocia”, la gente
olvida, la prensa se cansa, y al final el expediente muere de viejo.
Opinión
Este circo es más que un escándalo pasajero: es una
prueba de que en Loreto la corrupción tiene dos capas. La primera, visible, son
los políticos y funcionarios que se enriquecen. La segunda, más peligrosa, son
los que se dedican a enterrar las pruebas y neutralizar a los fiscales
que deberían investigar.
Por eso aquí nadie teme a la ley: porque la ley está en
venta y siempre hay un intermediario dispuesto a “arreglar el problema” por una
comisión. Mientras esta red siga viva, no habrá justicia real. Y lo más grave:
las pocas investigaciones serias serán saboteadas desde adentro, por los mismos
que deberían protegerlas.
En resumen: en Loreto la corrupción no se combate… se
administra. Y se administra tan bien, que hasta el gobernador parece cliente
frecuente de su propia cadena de estafadores.
Alberto Vela
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