La defensa imposible: ¿anticorrupción o el faenón de siempre?
Aclaremos antes de continuar sobre el “faenón”
de fiscales en Loreto.
Termino preciso: “faenón” es justamente la palabra que en
la política peruana quedó marcada para describir el gran negocio de las
componendas, los arreglos bajo la mesa y el uso del Estado como botín.
Así, lo que estamos analizando es que la Fiscalía
Anticorrupción en Loreto no actúa como ente de justicia, sino como pieza
central de un faenón continuo:
· Los gobernadores, alcaldes y funcionarios roban
y reparten contratos.
· Los fiscales prolongan expedientes,
negocian tiempos y cobran peajes judiciales.
· Los juicios nunca llegan a condena firme,
porque el negocio está en el “mientras tanto”.
En ese sentido, decir “el faenón de los fiscales en
Loreto” es mucho más certero: no se trata de un error aislado, sino de un sistema
organizado de impunidad rentable.
Entonces, cuando
uno lee la defensa a la gestión de la fiscal Celina Otero en el Periódico
Digital Luz Verde, pareciera que estuviéramos frente a una heroína de la justicia,
una especie de Juana de Arco amazónica que ha mantenido intacta la espada
contra la corrupción. Pero basta repasar su historial para que la épica se
derrumbe como un expediente fiscal en Loreto: con mucho polvo, con mucha espera
y con resultados que nunca llegan.
La matemática del tiempo: 8 años para
descubrir lo evidente
Se nos dice, con bombos y platillos, que Otero jamás
archivó 171 carpetas de Meléndez Celis. ¡Maravilloso! El único detalle es que tampoco
resolvió nada de fondo con los 47 casos que dice tener en sus manos.
· Meléndez dejó el poder en 2018.
· Han pasado casi 10 años.
· Recién hoy, en 2025, aparece un caso en
control de acusación por malversación en el Colegio Melvin Jones.
Perdón, pero si esa es la velocidad de la justicia
anticorrupción en Loreto, mejor que la Fiscalía abra un servicio de “caja de
seguridad”: uno paga para guardar expedientes que jamás van a salir.
Elisbán Ochoa: sin miedo y con razón
¿Recuerdan cuando un fulanito dijo que no le teme a las
denuncias porque los fiscales lo arreglan todo? Pues no mentía. Ahí está el
ejemplo: el proyecto de reforestación de 2019 con 19 millones desaparecidos.
Solo ahora, en 2025, la fiscalía anuncia que pedirá 9 años de prisión. ¿Qué
pasó en los seis años anteriores? ¿Se les perdió el expediente entre los
archivos? ¿O estaban esperando a que Elisbán dejara de ser útil políticamente
para recién mostrarlo como trofeo?
René Chávez y el mercado mágico de Yurimaguas
El actual gobernador también aparece en escena:
expediente inflado, firmas falsificadas, licitación direccionada. Todo clarísimo.
Y sin embargo, el faenón sigue intacto: se declara nula una licitación,
se repite el mismo proceso con los mismos vicios y, finalmente, la obra termina
en manos de los amigos de siempre. Otero “investiga”, pero los contratos
avanzan como si nada. La corrupción sonríe tranquila porque sabe que la
fiscalía nunca muerde, solo enseña los dientes de vez en cuando.
Los silencios que hablan
El problema no es lo que la fiscal dice, sino lo que
calla:
· ¿Dónde están las investigaciones por la
compra de vehículos de lujo? La
Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) detectó que la fiscal
anticorrupción de Iquitos, Celina Otero Amasifuen, realizó pagos al contado por
US$ 29,490 y S/ 26,000 para la compra de dos camionetas nuevas, las cuales
fueron inscritas en la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos
(Sunarp) con sede en Lima. https://diariouno.pe/2025/07/23/sbs-detecta-bonanza-economicade-fiscal-anticorrupcion-de-iquitos/
· ¿Qué explicación hay para la asistente fiscal
que aparece asociada en un hotel de más de 2 millones de dólares en la isla
Chinería, frontera con Colombia?
· ¿Por qué nadie en la fiscalía anticorrupción
se atreve a tocar los signos exteriores de riqueza de varios de sus miembros?
Aquí la anticorrupción no parece una cruzada contra los
corruptos, sino una administración selectiva de casos. Se exhiben tres
para la foto y se esconden 44 ¿para la negociación?.
El audio de la vergüenza
Y como cereza del pastel, aparece el audio donde se habla
de fiscales recibiendo 10 mil soles mensuales. ¿Quién investiga? El
fiscal Hervé Aquino, que también es mencionado en el audio. Es como si un
ladrón se ofreciera a investigar el robo de su propia casa. ¿Resultado? El
faenón continúa, impoluto, indestructible, eterno.
La defensa como caricatura
Defender la gestión de Celina Otero diciendo que no
archivó 171 carpetas es como aplaudir a un bombero porque no apagó el incendio
con gasolina. Sí, no hizo eso, pero tampoco apagó el fuego. Los 47 casos que
maneja siguen ahí, intactos, como fósiles judiciales que solo sirven para el “mientras
tanto”.
Por eso, la pregunta no debería ser si Otero debe
quedarse o irse. La verdadera pregunta es: ¿hasta cuándo seguiremos
aceptando que la Fiscalía Anticorrupción en Loreto funcione como el corazón del
faenón más rentable de la región?
Mientras tanto, los políticos roban, los fiscales negocian, y el pueblo sigue esperando una justicia que no llega… porque aquí la justicia no es un servicio, es un negocio.
Concluyendo:
Seamos claros: si no hubiera reventado el audio que destapó los pagos a fiscales, y si el Diario UNO en Lima no hubiera puesto en primera plana el faenón de los fiscales de Loreto, hoy todo seguiría como siempre: silencio absoluto, expedientes eternos, fiscales y gobernadores bien vestidos, chunllas, calladitos y avantiiii con el negocio.
Porque esa es la regla de oro en Loreto: aquí nada se mueve hasta que la podredumbre se hace tan pública que ya no se puede esconder bajo la alfombra. No es que la Fiscalía haya decidido “actuar” por convicción, sino que el escándalo la obligó a mover un dedo.
En otras palabras: sin el audio y sin la portada, los mismos fiscales seguirían jugando a la anticorrupción mientras negocian por detrás la eternidad de los casos. Y esa es la verdad más incómoda: la justicia en Loreto no camina por voluntad, solo por escándalo.
Alberto Vela
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