GenRent S.A.: el milagro empresarial que triunfa sin cumplir, sin invertir y sin competir

En el mundo de los negocios, hay un principio básico: si quieres ganar dinero de forma sostenida, tienes que ofrecer algo valioso. Buen producto, buen servicio, eficiencia.

Pero en el Perú profundo, en la selva postergada, existe un modelo empresarial muy revolucionario, innovador, digno de ser estudiado en Harvard: GenRent S.A.

Esta empresa ha logrado lo que toda empresa soñaría:

* Cobra millones cada mes.

* Opera con máquinas viejas y fallando,

* Incumple su contrato sin consecuencias,

* Y no necesita ni clientes satisfechos, ni resultados, ni mejoras.

Sí, amigos. GenRent es la prueba viviente de que en el Perú no necesitas tener un buen producto para hacer plata. Solo necesitas un buen contrato, bien corrupto. Uno blindado, intocable, con padrinos estatales y funcionarios mirando para otro lado.

¿Cómo debería comportarse una empresa privada normal?

Veamos.

Una empresa privada normal (ya sabes, esas que enseñan en economía 101) debería:

* Competir por calidad y eficiencia,

* Cuidar su reputación,

* Innovar, invertir, modernizar,

* Cumplir con lo pactado,

* Resolver problemas del cliente,

* Y generar rentabilidad ofreciendo valor.

Pero GenRent... juega otro partido.

¿Qué hace GenRent en cambio?

* Firma un contrato-ley hasta 2037+: blindado, impune, sagrado.

* Promete generar 80 MW… y entrega 45 (con suerte).

* Usa máquinas viejas, fallando constantemente.

* Genera apagones masivos en Iquitos…

* Y aún así, sigue cobrando millones todos los meses.

¡Ah! Y cuando no puede cumplir, no se estresa.

Ahí está Electro Oriente, la empresa estatal, para ponerle el hombro con equipos prestados, como si la privada fuera una ONG necesitada.

Un verdadero caso de "empresa subsidiada por el mismo Estado al que debía liberar de la ineficiencia".

La clave del éxito: relaciones, no resultados

¿Inversiones? ¿Modernización? ¿Responsabilidad?

No, gracias.

Lo que mantiene vivo a GenRent es otra cosa:

* Un contrato leonino firmado en la sombra,

* El respaldo incondicional de FONAFE y del Ministerio de Energía y Minas,

* Y la complicidad de OSINERGMIN, que ni la ve ni la oye.

¿Y las autoridades locales: gobernador, alcaldes de Iquitos metropolitano? Silencio total. Algunos hasta sacan comunicados pidiendo mesas de cartón en los medios y periódicos pagados serviles, anunciando que “van a hacer algo”, mientras GENRENT sigue facturando y fallando.

¿Y el mercado? ¿Y la competencia?

¿Competencia? ¿Quién la necesita?

En Iquitos no hay libre mercado. Hay monopolio disfrazado.

GenRent no tiene rival, ni presión, ni miedo.

Su único “cliente” real es el Estado, y lo tiene amarrado con un contrato ley y relaciones bien aceitadas.

El pueblo solo está ahí para pagar la factura y aguantar la oscuridad.

Una empresa sin clientes, sin resultados, sin moral

¿No es hermoso?

Mientras miles de familias se quedan sin luz, se queman sus artefactos, mientras se paraliza la producción, mientras niños hacen tareas a vela…

GenRent sonríe desde sus oficinas.

Porque no importa cuántas veces corte la luz. Su cheque sigue llegando.

Concluyendo:

GenRent no representa al sector privado sano ni a la libre empresa.

GenRent es el símbolo de un modelo podrido en el Perú, donde la empresa privada se convierte en instrumento de saqueo, no de desarrollo.

No compite. No mejora. No responde.

Solo extrae, gracias a un Estado corrupto y arrodillado y a una población hasta ahora sin voz organizada.

Pero eso está cambiando.

Porque como hemos dicho antes:

La energía del pueblo es más poderosa que la de cualquier generador corrupto.

Y este generador corrupto —GenRent— está fallando más que nunca.

No solo técnicamente. Está fallando frente a la historia.

Alberto Vela 


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