Lote 192: El negocio redondo de quebrar sin consecuencias
En el Perú, quebrar no siempre es un fracaso. A veces es parte del negocio. Si no, pregúntenle a Altamesa Energy, la empresa que llegó sin experiencia comprobada, sin liquidez real y sin raíces en el país, y que se ha retirado del Lote 192 huyendo del país, dejando atrás millones en deudas, contratos incumplidos y promesas rotas. ¿Y la sanción? Ninguna. Más bien, se le tiende una alfombra para que su retirada sea limpia y sin consecuencias. Un escándalo en cámara lenta.
Perupetro, la entidad que debía supervisar, se ha convertido en encubridor pasivo (o activo, según se mire). Fue Perupetro quien avaló a Altamesa como operador “apto”, cuando era evidente que no lo era. Fue Perupetro quien no aplicó las sanciones contractuales ante el incumplimiento de plazos. Y es ahora Perupetro quien acepta que Petroperú —sí, la golpeada Petroperú— asuma como garante corporativo de la empresa que los ha dejado abandonados producto de un mal negocio. Un favor con olor a componenda.La jugada es peligrosa y conocida: se contrata a una empresa
sin condiciones reales, se le permite operar (o más bien, no operar), se le
encubre cuando todo sale mal, y se traslada la crisis a Petroperú, la única
empresa pública que, en lugar de protegerse, sirve como colchón para todas las
malas decisiones del Estado. Petroperú es el parachoques perfecto: no se queja,
no puede negarse, y siempre termina pagando.
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Los irresponsables que facilitan que empresas "petroleras" golondrinas prueben suerte en el Perú |
¿Se está usando este caso como excusa para debilitar aún más
a Petroperú? Todo apunta a que sí. Porque una vez que la empresa estatal
absorba las deudas, los pasivos, las demandas de las comunidades y los costos
hundidos, vendrá el discurso de que “no da para más” y que es hora de
“privatizar, concesionar o recortar”.
Y mientras tanto, se anuncia —como si fuésemos ingenuos— que
hay empresas interesadas en reemplazar a Altamesa. ¿En serio? ¿Dónde estaban
esas empresas cuando se licitó el lote? La verdad es que no hay postores serios
para los lotes amazónicos desde hace años. Solo han aparecido aventureros,
oportunistas y empresas golondrinas que prueban suerte, y si no les sale el
negocio, escapan dejando deudas, conflictos sociales y caos ambiental.
El caso Altamesa no es un error: es un síntoma. El síntoma
de un sistema enfermo, donde se premia la informalidad empresarial, se protege
a los que incumplen, y se castiga a los que asumen responsabilidades. Petroperú
es hoy el chivo expiatorio de una cadena de decisiones maliciosas y
negligentes, donde los verdaderos responsables —directivos de Perupetro
incluidos— siguen blindados en sus cargos.
Y la pregunta de fondo queda sin respuesta: ¿cuánto más va a
soportar el país este modelo de administración de recursos públicos? ¿Cuánto
más se puede exprimir a Petroperú antes de que colapse del todo? Porque aquí
nadie quiere operar el Lote 192. Lo que quieren es que el Estado les cubra la
apuesta.
Ya basta de convertir
al Estado en cómplice del fraude ¡Carajo!
Lo que ha pasado en el Lote 192 no es una simple “mala
gestión” ni un “descuido administrativo”. Es un caso flagrante de
irresponsabilidad institucional que raya en lo criminal. Perupetro debe rendir
cuentas. Sus directivos deben ser investigados por haber facilitado, encubierto
y ahora blanqueado una operación que perjudica al país. ¿Dónde están las
denuncias? ¿Dónde están las acciones legales? ¿Por qué Altamesa se va sin pagar
un centavo y sin enfrentar ninguna consecuencia?
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Si el petróleo de Loreto continua en manos de esta gente nunca saldremos del fracaso de la reactivación |
No se puede seguir permitiendo que las empresas fantasmas
jueguen con los recursos del Estado, dejando a las comunidades en el abandono y
a Petroperú en la quiebra. No podemos aceptar que las entidades reguladoras
actúen como operadores de intereses privados disfrazados de inversión
extranjera.
El Congreso, la Contraloría y la Fiscalía deben intervenir
ya. No dentro de seis meses. No cuando el escándalo se enfríe. Hoy. Porque cada
día que pasa sin sanción, sin transparencia y sin ruptura con este modelo, se
consolida la idea de que quebrar en el Perú es un negocio rentable... si tienes
los contactos correctos. Y a la ciudadanía, especialmente a la amazónica, le
toca exigir respuestas y justicia. No más promesas. No más operadores de papel.
No más usar a Petroperú como cortina de humo para encubrir el saqueo.
El Lote 192 debe volver al pueblo de Loreto. Y los responsables deben
rendir cuentas ante la ley.
Alberto Vela
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