306 Venezuela, Petróleo y Geopolítica: La Legitimidad al Ritmo de los Intereses de EEUU.

Me encontré en la página de Facebook de Enrique Rodríguez con un interesantísimo mensaje que introduce una reflexión contundente sobre el impacto de los intereses económicos de EEUU en su política internacional que todos conocemos: “SI VENEZUELA LE REGALA A EEUU EL YACIMIENTO DE PETRÓLEO MÁS RICO DEL MUNDO... NICOLÁS MADURO SERÍA UN DEMÓCRATA Y EL PRESIDENTE LEGÍTIMO DE VENEZUELA”. Este planteamiento es una ventana hacia las complejas relaciones entre las potencias mundiales y los países ricos en recursos naturales, donde los principios democráticos y los derechos humanos después de ser utilizados como pretextos, quedan subordinados a intereses geopolíticos y energéticos, en este caso, de Estados Unidos de Norteamérica.

Intereses Estratégicos sobre Principios Democráticos

Históricamente, Estados Unidos ha demostrado que sus relaciones exteriores no siempre se guían por el compromiso con la democracia o los derechos humanos. Ejemplos como Arabia Saudita, Egipto o incluso dictaduras respaldadas durante la Guerra Fría, como las de Augusto Pinochet en Chile y Jorge Videla en Argentina, ilustran esta dinámica. Mientras los regímenes autoritarios se alineen con los intereses estratégicos estadounidenses, su naturaleza antidemocrática pasa a segundo plano.

En este contexto, Venezuela, con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, se encuentra en una posición clave. Si el gobierno de Nicolás Maduro accediera a entregar el control de estos recursos a Estados Unidos, la narrativa internacional podría cambiar drásticamente, transformándolo de dictador a socio democrático.

Edmundo González no fue recibido por Trump ¿Por qué ah?

Trump y la Pragmática Energética

Durante la administración de Donald Trump, la política exterior de Estados Unidos se caracterizó por un pragmatismo que priorizaba acuerdos favorables para el país. En este marco, la negativa de Trump a reunirse con líderes de la oposición venezolana, como el hipotético Edmundo González, podría interpretarse como un intento de mantener abiertas las puertas para un posible acuerdo con Maduro.

El petróleo venezolano también tendría un papel clave en la estrategia energética de Estados Unidos, especialmente en un contexto de crisis global como el provocado por la invasión rusa a Ucrania. La posibilidad de negociar con Venezuela no solo beneficiaría a Estados Unidos, sino también a sus aliados europeos, que enfrentan una severa crisis energética.

Bloqueos y Sanciones: Herramientas de Presión

Las sanciones impuestas a Venezuela han sido justificadas como una respuesta a las violaciones de derechos humanos y al debilitamiento de la democracia. Sin embargo, también se han utilizado como una herramienta de presión para obtener concesiones económicas o políticas.

Si Maduro ofreciera el control de los yacimientos de petróleo más ricos a Estados Unidos, las sanciones podrían levantarse rápidamente, demostrando que su objetivo principal no era mejorar las condiciones internas de Venezuela, sino asegurar los intereses geopolíticos de Washington. Esta hipótesis refuerza la idea de que los bloqueos económicos no solo violan los derechos soberanos de los países, sino también los derechos humanos de sus habitantes, quienes sufren las consecuencias directas.

La Crisis Energética de Europa y la Posición de Venezuela

La invasión rusa a Ucrania ha puesto en evidencia la dependencia energética de Europa. En este escenario, Venezuela se presenta como una alternativa viable para diversificar las fuentes de energía. Si Estados Unidos facilitara el acceso al petróleo venezolano, podría fortalecer su influencia en el mercado energético global y mejorar su relación con Europa.

Esto podría llevar a una “rehabilitación” internacional del gobierno de Maduro, siempre y cuando sus decisiones favorezcan los intereses de las potencias occidentales. Sin embargo, esta estrategia también podría aumentar las tensiones con rivales geopolíticos como Rusia y China, que también tienen intereses en Venezuela.

Reflexión Final

La hipótesis de Enrique Rodríguez no solo es plausible, sino que también está respaldada por patrones históricos. La relación de Estados Unidos con Venezuela no está determinada por un compromiso con la democracia, sino por su interés en garantizar el acceso a recursos estratégicos.

Este análisis invita a una reflexión más amplia sobre el doble estándar en la política exterior de las potencias mundiales y cómo los recursos naturales pueden redefinir narrativas internacionales. En este tablero global, los principios quedan frecuentemente subordinados a los intereses, recordándonos que la lucha por la soberanía y la autodeterminación sigue siendo un desafío vigente para los países ricos en recursos.

¿Qué tan cerca estamos de que esta hipótesis se haga realidad? Solo el tiempo y las decisiones de los actores internacionales podrán confirmarlo.

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