314 "Levanté la vista al cielo y vi la imagen del Creador: ¡Arrepiéntete, hijo del diablo! "
Las redes sociales han estallado en las últimas horas con un vídeo que ha dejado a muchos ciudadanos entre la incredulidad y la risa. Se trata de las declaraciones de Fernando Meléndez, exgobernador regional de Loreto y actual candidato a repetir el cargo, quien en un mitin aseguró que miró al cielo durante una llovizna y vio nada menos que la imagen del CREADOR. Sí, así como lo leen: no a una nube con forma peculiar ni a un arcoíris, sino a la mismísima divinidad.
Las palabras han generado una avalancha de comentarios, memes y críticas, mientras los ciudadanos se preguntan si es simplemente, el reflejo de un político de pacotilla dispuesto a todo por captar la atención del electorado.
¿El regreso
del salvador o la secuela de un desastre anunciado?"
En un sorprendente giro de la política regional, el exgobernador de Loreto, conocido por su envidiable récord de promesas incumplidas y denuncias de corrupción , ha decidido que el pueblo loretano merece una vez más el privilegio de ser gobernado por alguien tan... iluminado. No satisfecho con una gestión que dejó a la región hundida en deudas, escándalos y abandono, este político ha proclamado nada menos que haber visto "la cara del creador", insinuando que su candidatura no es un acto de oportunismo descartado, sino un mandato divino.
Porque, claro,
¿quién necesita un plan de desarrollo sostenible cuando tienes una supuesta
visión celestial de tu lado? Mientras Moisés apenas recibió unas tablas de
piedra y Jesús tuvo que cargar una cruz, este político asegura haber recibido
una bendición especial que lo posiciona como el único capaz de salvar a Loreto
(de sí mismo, aparentemente).
Currículo
del "Elegido"
Gestión
pasada: Un ejercicio
magistral de cómo no administrar una región. Obras paralizadas, fondos
desaparecidos y una creatividad infinita para justificar lo injustificable.
Denuncias
por corrupción: Una
lista tan extensa que podría competir con el índice telefónico de Loreto. Sin
embargo, la cárcel sigue siendo un concepto abstracto para él.
Congresista
por accidente: En su
"exilio político", encontró refugio en el Congreso, donde cumplió la
heroica misión de hacer... absolutamente nada por su región.
La
estrategia celestial
En su primer
mitin, bajo una llovizna que algunos interpretaron como lágrimas de los cielos,
aseguró haber visto la cara del creador. ¿Qué significa esto? Según su lógica,
no solo está destinado a ser gobernador, sino que cuestionarlo sería un acto de
herejía. Porque, como todos sabemos, nada dice "líder divino" como un
historial plagado de denuncias y promesas vacías.
El peligro
de la reelección
Permitir que
este personaje regrese al poder es como contratar al zorro para cuidar el
gallinero porque asegura haber tomado un curso de ética online. Su retorno no
solo pondría en riesgo los ya frágiles recursos de Loreto, sino que perpetuaría
la cultura de impunidad y mediocridad que ha mantenido a la región en el
abandono.
¿Y el
pueblo?
Mientras tanto,
la ciudadanía sigue esperando agua potable, centros de salud funcionales y
carreteras decentes. Pero, al parecer, la prioridad es escuchar discursos
místicos que buscan justificar lo injustificable.
Loreto no
necesita profetas autoproclamados ni políticos con delirios de grandeza.
Necesita líderes reales, con planos concretos y un compromiso genuino con el
bienestar de la región. Porque, al final, la única cara que debería
preocuparnos no es la del creador, sino la de la ciudadanía que ya no puede
seguir soportando este tipo de "liderazgo".
El perfil de un político de pacotilla
extremadamente peligroso
Este tipo de
candidatos, especialmente en contextos como el de Loreto, suelen compartir
ciertas características que los hacen reconocibles dentro de la política
populista y clientelista. Aquí hay algunos rasgos comunes:
Se presentan
como "salvadores" del pueblo, aunque su historial demuestre lo
contrario. Explotan las emociones, la religión, la identidad cultural o los
problemas estructurales para conectarse con la ciudadanía, pero rara vez
ofrecen soluciones reales.
2. Promesas
grandilocuentes
Prometen todo
lo imaginable: hospitales, carreteras, empleo, programas sociales, y hasta
milagros. Sin embargo, sus gestiones suelen ser un desfile de promesas
incumplidas y obras inconclusas.
3. Manipulación
de la fe y la tradición
Apelan al
misticismo, la religión o símbolos culturales para legitimarse, asumiendo que
esto les dará una especie de inmunidad frente a las críticas. "Dios está
conmigo" o "el pueblo me necesita" son frases recurrentes.
4. Uso del
clientelismo
Ofrecen favores
inmediatos como regalos, alimentos, dinero en efectivo o incluso puestos de
trabajo temporales, un cambio de apoyo político. Este sistema refuerza la
dependencia y perpetúa la pobreza.
5. Desprecio
por la transparencia
Tienen un historial plagado de denuncias por corrupción, malversación de fondos y nepotismo. Pero, gracias a conexiones políticas, influencias judiciales o simplemente a la debilidad del sistema legal, logran evitar consecuencias graves.
6. Retórica
anti-élite o victimista
Cuando son
criticados, se presentan como víctimas de conspiraciones políticas. Se
posicionan como "forasteros" o personas perseguidas por el sistema,
aunque en muchos casos sean parte integral de ese mismo sistema corrupto.
7. Falta de
planos concretos
Sus discursos
están llenos de frases vacías y lugares comunes. Hablan de "cambiar la
historia", "acabar con la corrupción" o "trabajar por el
pueblo", pero rara vez presentan un plan de acción claro, realista y
sostenible.
8. Carisma
manipulador
Son hábiles
para manipular a las masas, especialmente en comunidades con altos niveles de
pobreza o baja educación. Usan su presencia y lenguaje corporal para proyectar
confianza, aunque sus intenciones sean dudosas.
9. Resiliencia
política
A pesar de las
denuncias, críticas y fracasos, logran mantenerse en el escenario político, ya
sea porque controlan redes de poder, manipulan medios de comunicación o
simplemente porque el sistema electoral no penaliza a los malos gestores.
10. Promoción
del culto a la personalidad
Fomentan una
imagen de sí mismos como indispensables, casi mesiánicos. No gobiernan para
fortalecer instituciones, sino para consolidar su poder personal y perpetuar su
influencia.
Este perfil
político es extremadamente peligroso porque perpetúa el subdesarrollo y la
desconfianza en las instituciones democráticas. Combatir su influencia requiere
educar a la ciudadanía, fortalecer las instituciones y, sobre todo, exigir una
rendición de cuentas genuina y efectiva.
Alberto Vela
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