294 POR QUÉ TANTA INSISTENCIA PARA REELEGIR A LOS MISMOS LADRONES, A LA MISMA CHUSMA POLÍTICA

La insistencia de ciertos congresistas, como Lady Camones y su partido Alianza Para el Progreso (APP), en proponer y reproponer la reelección inmediata de alcaldes y gobernadores regionales es una afrenta clara a la voluntad popular y los principios fundamentales de un país asfixiado por la corrupción y la ineficiencia política estructural. Esta medida, presentada una y otra vez pese a su rotundo rechazo, no responde a las necesidades del pueblo peruano, sino a intereses particulares y a una lógica de perpetuación de quienes han visto en la política no un servicio, sino un negocio personal.

1. Insistencia Sospechosa y Alejada de la Realidad

Resulta indignante que, en un contexto donde el Congreso solo cuenta con un 3% de aprobación y el pueblo ha dejado clara su falta de confianza, sigan empecinados en proyectos que refuerzan a una chusma política desacreditada. La reelección inmediata ha sido rechazada, creo que más de 10 veces en este mismo período parlamentario. Entonces, ¿por qué tanta insistencia? Es inevitable sospechar que detrás de esta perseverancia existen compromisos ocultos, pactos políticos y cálculos electorales que buscan asegurar el retorno de los mismos políticos corruptos, ineficientes y clientelistas que han convertido a sus regiones, provincia y distritos en feudos del abandono y la desesperanza.

APP, en particular, es el emblema de esta distorsión política. Su líder, gobernador regional y magnate de universidades privadas de bajo nivel, simboliza las prácticas que han debilitado el sistema educativo peruano y han perpetuado una juventud poco competitiva, engañada con títulos vacíos. Si este es el modelo de liderazgo que defienden, ¿por qué esperar algo diferente de sus propuestas?

2. La Realidad de la Clase Política Local y Regional

Es un hecho que, en el Perú, gobernadores y alcaldes han convertido sus regiones y municipios en espacios de saqueo impune, donde los servicios básicos son precarios, la inseguridad se dispara y la inversión pública se diluye en obras inconclusas o sobrevaloradas. En lugar de trabajar por la alternancia democrática como herramienta de renovación y control ciudadano, esta propuesta busca perpetuar a estos patrones del abuso y el robo.

En el Perú la continuidad de políticas no debería depender de individuos, sino de un plan estratégico nacional y regional que trascienda gestiones y nombres. La verdadera gobernabilidad no se logra con la permanencia de rostros que ya han fracasado, de políticos de pacotilla, sino con la construcción de instituciones sólidas, transparentes y al servicio del pueblo.

3. ¿Por Qué Se Sienten los Imbéciles Tan Seguros?

La seguridad con la que actúan estos congresistas y líderes políticos no proviene de la confianza del pueblo, que los rechaza abrumadoramente. Su respaldo proviene de redes de poder, clientelismo político y maquinarias partidarias que garantizan su permanencia mediante votos comprados, favores y el miedo. Mientras el pueblo está fragmentado y silenciado, ellos se sienten intocables porque cuentan con recursos, aparatos represivos: orcos dispuestos a repeler cualquier intento del pueblo por cerrarlos; y la complicidad de un sistema judicial lento y sesgado.

Por eso no temen insistir en proyectos irritantes como este: saben que, aunque el pueblo grite en las calles, no hay aún una organización lo suficientemente fuerte para sacarlos del poder. Es aquí donde radica el desafío ciudadano: romper la inercia del miedo y la tolerancia, y transformar la indignación en acción organizada y contundente.

4. ¿Hasta Cuándo Durará la Tolerancia del Pueblo?

La paciencia del pueblo peruano y de Loreto parece infinita, pero la historia nos ha demostrado que toda tolerancia tiene un límite. Hoy, la clase política juega con fuego al insistir en proyectos que benefician a los mismos de siempre y que pisotean la dignidad de la región y la nación. Mientras el Congreso se ríe del pueblo con propuestas como ésta, la desesperación crece en regiones olvidadas como Loreto, donde la pobreza, la violencia y el abandono estatal han convertido la indignación en un combustible latente.

Este no es solo un proyecto de ley: es una provocación. Es una declaración de la clase política que dice, en voz alta y sin vergüenza, que pueden hacer lo que quieran porque el pueblo aún no les ha demostrado lo contrario. Hoy, la clase política ha cruzado todos los límites.

La pregunta no es si el pueblo reaccionará, sino cuándo.

Un verdadero insulto a la inteligencia ciudadana

Exactamente, la justificación de este proyecto como un intento de "reforzar la gobernabilidad y la institucionalidad" en los gobiernos locales y regionales es un verdadero insulto a la  inteligencia ciudadana. Si algo ha demostrado la historia reciente del país es que la reelección inmediata no consolida instituciones ni fortalece la gobernabilidad: la perpetuación de “autoridades” solo profundiza el clientelismo, la corrupción y el abandono.

 

La Falsa Promesa de      Gobernabilidad

Gobernabilidad no es que un alcalde o gobernador se quede en el poder por más tiempo; Gobernabilidad es que existan instituciones capaces de ejecutar proyectos de desarrollo independientemente de quién esté a cargo. En el Perú, las instituciones locales y regionales son débiles porque han sido capturadas por intereses políticos y económicos. La reelección inmediata no corrige este problema, lo agrava, porque premia la continuidad de quienes consolidan redes de poder y saqueo.

La Ausencia de Institucionalidad Real

La institucionalidad no se construye con nombres ni gestiones prolongadas, sino con reglas claras, transparencia y mecanismos de control que aseguran que las autoridades trabajen para el pueblo y no para sí mismos. Mientras no se aborde la raíz del problema —la falta de planificación, la corrupción estructural y la ausencia de controles efectivos—, cualquier autoridad reelegida seguirá siendo parte del problema y no de la solución.

¿Quién se beneficia realmente?

Cuando un proyecto tan irrisorio como este se disfraza de "refuerzo institucional", es evidente que no busca el beneficio del país, sino la continuidad de un sistema que protege a la chusma política. Es absurdo hablar de institucionalidad en un contexto donde:

· Las regiones y municipios están abandonados y sin proyectos de desarrollo sostenible.

· Las autoridades no rinden cuentas y se enriquecen mientras sus pueblos sufren.

· No existen mecanismos reales para castigar el mal uso de recursos públicos ni el incumplimiento de promesas.

¿Qué institucionalidad refuerza la reelección inmediata? La de los clanes políticos, las mafias locales y los caudillos regionales que manejan los gobiernos como si fueran sus haciendas o chacras personales.

La Única Reforma Válida

Si verdaderamente desean fortalecer la institucionalidad, que comiencen por:

Eliminar la impunidad: Implementar sistemas de control rigurosos y sanciones drásticas para las autoridades corruptas.

Promover la alternancia: Asegurar que nuevas ideas y liderazgos puedan surgir para romper con la lógica del poder de siempre.

Construir planes de desarrollo reales: Impulsar una visión regional y nacional que no dependa de personas, sino de instituciones con capacidad técnica.

Devolver la política al servicio ciudadano: Prohibir la participación de políticos con antecedentes de corrupción y asegurar procesos electorales transparentes.

El pueblo no es ingenuo

Presentar este proyecto como una solución a la crisis institucional no es solo irrisorio, sino también provocador. El pueblo peruano no es ingenuo y sabe que esta medida solo pretende blindar a los mismos rostros y las mismas prácticas que han llevado a las regiones al colapso. Si quieren hablar de institucionalidad, que empiecen por respetar al pueblo al que dicen representar.

Porque cada vez que un político miente y se burla del país, la indignación crece. Y llegará el día en que esta misma indignación se transforme en acción ciudadana para exigir no solo reformas vacías, sino un cambio real. ¡EL PACTO CIUDADANO ES  URGENTE!.

(Alberto Vela)

 

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