290 AMAZONÍA: COHESIÓN SOCIAL PARA LOGRAR EL DESARROLLO Y NEUTRALIZAR A LOS “CONSPIRADORES”
Loreto enfrenta un problema de múltiples capas, donde los desafíos estructurales como el centralismo, la exclusión y la corrupción se entrelazan con un déficit crítico: la falta de cohesión social. En esta compleja realidad, discursos que denuncian la injerencia de entidades como USAID y ONGs apuntan a un tema importante, pero corren el riesgo de quedarse en la crítica y no en la construcción de soluciones.
¿Es USAID el verdadero poder en Loreto?
Es cierto que USAID y otras entidades internacionales tienen una presencia significativa en la Amazonía. Sus agendas y prioridades no siempre coinciden con las necesidades locales, pero culparlas de todos los problemas es insuficiente para explicar el estancamiento de Loreto.
¿Geopolítica o vacío institucional?
Si USAID y otras ONGs influyen tanto, es porque han llenado vacíos que el Estado peruano y el Gobierno regional de Loreto han dejado por décadas. Educación, salud, manejo de recursos naturales y promoción de derechos han sido áreas donde estas entidades han intervenido. La pregunta no es por qué están ahí, sino por qué el Estado no lo está.
¿Quién define la agenda?
Aunque USAID y las ONGs tienen agendas claras, también es cierto que la falta de un liderazgo cohesionado en Loreto les deja el camino libre. Sin una agenda regional fuerte, cualquier actor externo, sea USAID, mineros ilegales, madereros ilegales, narcotraficantes, menonitas o empresas privadas, se convierten en los principales tomadores de decisiones o simplemente hacen lo que les da la gana.
Cohesión social: el gran ausente
El verdadero desafío de Loreto no es expulsar a USAID o a las ONGs, sino construir la cohesión social necesaria para que los loretanos definan su propio destino. Actualmente, Loreto no ha logrado consolidar una agenda común que movilice a sus diversos sectores.
1. Falta de un propósito compartido: Los sectores productivos (agrícolas, forestales, acuícolas), micro y pymes, el sector turismo, las comunidades indígenas, etc. actúan de manera aislada. Cada uno lucha por sus intereses inmediatos sin un marco colectivo que los unifique.
Sin un objetivo común, los proyectos estratégicos, como la conectividad multimodal o la interconexión eléctrica, por poner solo dos ejemplos, carecen del respaldo social necesario para superar obstáculos políticos y ambientales.
2. División interna: Las rivalidades entre sectores, influenciadas a menudo por narrativas externas, han fragmentado el tejido social de Loreto. Se busca culpables (centralismo, ONGs, USAID) en lugar de tender puentes entre las diversas voces locales. ¿Necesitamos un San Martín de Porres?
Los intentos de unión en torno a nombres o corporativismos han fracasado porque no parten de un consenso basado en las necesidades y aspiraciones compartidas de cada sector.
3. La oportunidad de los sectores indígenas:
Aunque algunos sectores indígenas están vinculados a agendas externas, más que todo dirigencias, esto no los invalida como actores claves para la construcción de un Loreto cohesionado. Escuchar sus demandas y construir consensos genuinos puede fortalecer la unidad regional.
¿Por qué no avanzan los grandes proyectos?
Los ejemplos mencionados, como la conexión a la red eléctrica nacional o la conectividad multimodal, ilustran perfectamente el problema. Estos proyectos no se estancan solo por centralismo o falta de recursos; su mayor obstáculo es la ausencia de viabilidad social y ambiental.
Viabilidad social: Las comunidades locales y los sectores productivos no han sido integrados en el diseño de estos proyectos. Sin su respaldo, cualquier iniciativa enfrentará resistencia y conflictos.
Viabilidad ambiental: Loreto tiene un entorno frágil que requiere un enfoque sostenible. Los proyectos deben ser compatibles con la conservación del medio ambiente para ganar legitimidad y evitar el rechazo de sectores clave.
¿Cómo construir una Loreto unido?
El camino hacia un Loreto cohesionado y autónomo no es fácil, pero es posible. Aquí algunos pasos clave:
Una agenda común: Crear un espacio de diálogo amplio donde todos los sectores (productores, indígenas, pymes, sector turismo, etc.) definan prioridades colectivas. Este espacio debe ser inclusivo y evitar el dominio de agendas externas o intereses particulares.
Fortalecer la capacidad local: Promover la formación técnica, el emprendimiento y la gobernanza comunitaria para que Loreto pueda negociar de igual a igual con actores externos, sean USAID, ONGs, el Gobierno Central o con China.
Exigir al Estado sin esperar soluciones mágicas: Loreto debe ser una región activa en la formulación de políticas nacionales y regionales, pero también debe fortalecer su propia institucionalidad para ejecutar proyectos con transparencia y eficacia.
Revalorar la identidad amazónica: Unificar a los loretanos en torno a su riqueza cultural, natural y económica puede ser el primer paso para superar las divisiones internas.
Conclusión: Más cohesión, menos culpas
Loreto no avanzará mientras siga buscando enemigos externos para justificar sus propios problemas. Es cierto que USAID y las ONGs tienen agendas que debemos observar críticamente, pero el verdadero obstáculo está en nuestra incapacidad para construir una sociedad cohesionada y una visión compartida de futuro.
El cambio no vendrá de discursos incendiarios ni de teorías conspirativas, sino de la voluntad de los loretanos de unirse, dialogar y actuar en favor de su región. El destino de Loreto está en nuestras manos, no en las de USAID, peor en las de ONGs, ni en las de ninguna potencia extranjera.
¿CONSPIRACIÓN EXTERNA O FALTA DE AUTOCRÍTICA?
En Loreto, siempre hay una excusa. Si no es el centralismo, son las ONGs. Si no son las ONGs, es USAID. Si no es USAID, es algún oscuro grupo internacional con una agenda oculta. Pero nunca, nunca, miramos hacia adentro. Parece que en esta región hemos perfeccionado el arte de culpar a los demás mientras los verdaderos responsables se pasean con total impunidad.
El enemigo externo: la excusa perfecta
En los últimos años, se ha construido un discurso que acusa a agentes externos —ONGs, agencias internacionales, gobiernos extranjeros— de bloquear el desarrollo de Loreto. Según esta narrativa, ellos son los culpables de que no tengamos hidrovías, carreteras decentes o electrificación. Pero esta es una distracción que beneficia a un grupo muy específico: los verdaderos responsables del atraso regional.
¿Quién gana con esta narrativa?
Empresas corruptas y aliados políticos: Estas empresas se lucran con contratos amañados, licitaciones dirigidas y proyectos mal ejecutados. ¿Cuántas carreteras de Loreto han sido construidas varias veces porque nunca se hacen bien desde el principio? ¿Cuántos hospitales quedan como cascarones vacíos porque el dinero desapareció en el camino? ¡Dios mío! GenRent
Estas mismas empresas han tejido una red con gobiernos regionales y locales para garantizar que su negocio florezca, sin importar cuánto sufra la región. La extracción ilegal de madera, por ejemplo, no solo prospera gracias a la falta de control, sino también a las licencias "legales" que otorga el propio gobierno regional.
Funcionarios coludidos: En lugar de cumplir su rol de supervisores del desarrollo, muchas autoridades se convierten en cómplices. Desde alcaldes hasta altos funcionarios regionales, muchos han preferido engrosar sus bolsillos en lugar de pensar en el bienestar de Loreto.
La gran distracción: ONGs y conspiraciones
Es más fácil culpar a los "otros" que admitir nuestras propias fallas. Sí, hay ONGs que priorizan agendas globales sobre las necesidades locales, y es válido cuestionarlas. Pero atribuirles todo el atraso de Loreto es no solo una exageración, sino una mentira conveniente. Las verdaderas razones del atraso están mucho más cerca, aquí en nuestra casa:
Corrupción sistémica: Las obras públicas se convierten en negocios privados. Los recursos destinados al desarrollo desaparecen en contratos inflados y sobrecostos. ¿De quién es la culpa cuando un hospital nunca se termina y cada mes que pasa vale más millones? No es de las ONGs.
Falta de planificación: Loreto no tiene un plan estratégico que abarque su vasto territorio. Sin planificación, todo queda a la improvisación, lo que abre la puerta a más corrupción y proyectos inútiles.
¿Por qué es tan peligrosa esta narrativa?
Culpar a actores externos no solo desvía la atención de los problemas reales, sino que perpetúa el mismo sistema que mantiene a Loreto en el atraso.
Mientras miramos hacia afuera, las mafias locales siguen operando: La extracción ilegal de madera continúa devastando nuestros bosques. El narcotráfico sigue expandiéndose sin control. La minería ilegal destruye ríos y comunidades, mientras las autoridades miran hacia otro lado. Las constructoras siguen recibiendo obras con contratos amañados
La pregunta que nadie quiere responder
¿Por qué en Loreto no sabemos qué hacer con nuestro propio territorio? ¿Por qué no hay un plan concertado que defina qué queremos para cada centímetro cuadrado de esta región? La respuesta es incómoda: porque no hay voluntad política ni social para cambiar el status quo.
Mientras no sepamos qué hacer con Loreto, cualquiera vendrá a hacer lo que quiera. Y no serán solo ONGs o agencias internacionales. Serán empresas extractivas sin escrúpulos, economías ilegales y actores que no tienen ningún interés en el desarrollo sostenible.
(Alberto Vela)
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