286 LA CHUSMA POLÍTICA: El Político y el Partido Político (Los payasos y trapecistas del Circo)

El POLÍTICO DE LA CHUSMA POLÍTICA es un actor que forma parte de un grupo o clase de políticos cuya conducta, principios y estilo de ejercer el poder están marcados por la mediocridad, la corrupción, el oportunismo y la falta de compromiso con el bienestar común. Su presencia en la política no obedece a ideales o a una visión constructiva de la sociedad, sino a intereses personales o de grupo, que priorizan beneficios inmediatos a costa del desarrollo y la estabilidad institucional de la región o el país.

Características de un político de la chusma política

Oportunismo desmedido. Actúa según las circunstancias que le sean más favorables, sin importar contradicciones ideológicas o éticas. Cambia de partido, discurso o postura según le convenga. Ejemplo: Un político que se declara progresista durante una campaña para ganar votos, pero apoya políticas conservadoras cuando está en el poder porque le benefician económicamente.

Populismo sin sustancia: Recurre a mensajes emocionales o simplistas para captar apoyo, pero no tiene un plan concreto ni capacidad técnica para resolver los problemas que promete abordar. Ejemplo: Promete “agua y luz para todos” sin tener un proyecto claro para financiar o ejecutar esa promesa.

Corrupción como modus operandi: Está dispuesto a negociar, robar o malversar fondos públicos, justificándolo con frases como “así se hace política” o “todos lo hacen”. Ejemplo: Gestionar licitaciones públicas amañadas para financistas de su campaña, familiares, amigos o socios.

Falta de visión a largo plazo: Se enfoca en medidas que le den rédito político inmediato, sin considerar su impacto a futuro. No busca construir un legado ni transformar la realidad social. Ejemplo: Invertir en obras vistosas, como estadios o monumentos, mientras ignora problemas básicos como salud o educación.

Incompetencia e improvisación: No cuenta con la preparación técnica ni el interés de rodearse de equipos capacitados. Su gestión está marcada por el caos, la improvisación y la ineficiencia.

Personalismo extremo: Se presenta como la solución única a los problemas de la sociedad, cultivando un culto a su personalidad y menospreciando instituciones o normas democráticas.

División y manipulación: Fomenta conflictos entre grupos sociales para fortalecer su base de apoyo, en lugar de construir consensos.

Perspectivas de un político de la chusma política

Poder como fin, no como medio: El político de la chusma política ve el poder como un objetivo en sí mismo, ya sea para enriquecerse, proteger sus intereses o satisfacer su ego, sin un propósito más amplio de servicio público.

Mediocridad institucionalizada: No busca reformar ni fortalecer las instituciones, sino debilitarlas para controlarlas y perpetuar su influencia. Cree que un sistema débil facilita su permanencia en el poder.

Negocios en lugar de políticas públicas: Percibe la política como un espacio para hacer negocios personales o favorecer a su entorno cercano, dejando de lado el desarrollo sostenible o el bienestar colectivo.

Desprecio por la ciudadanía: A menudo subestima la capacidad de la población para cuestionarlo o exigir rendición de cuentas, creyendo que puede manipularla indefinidamente con discursos y regalos.

Modos de hacer política

Promesas vacías y espectáculos: Organiza eventos masivos con entregas simbólicas de bienes o anuncios grandilocuentes, sin materializar cambios sustantivos.

Clientelismo y prebendas: Usa recursos públicos para comprar lealtades, ya sea entregando empleos, contratos o beneficios directos a ciertos sectores de la población.

Campañas basadas en desinformación: Utiliza noticias falsas, rumores o propaganda engañosa para atacar a sus opositores o distorsionar la percepción de la realidad. Ejemplo: Acusar falsamente a un rival político de corrupción sin pruebas concretas para desacreditarlo.

El político de la chusma política no solo es un síntoma del deterioro del sistema político, sino también una de sus causas principales. Combatir su influencia requiere una ciudadanía organizada, informada y decidida a exigir estándares más altos para quienes aspiran a cargos públicos.

Un PARTIDO POLÍTICO DE LA CHUSMA POLÍTICA es una organización que, en teoría, debería ser una plataforma para representar intereses colectivos y promover proyectos de desarrollo a través de la participación política, pero que en la práctica opera como un instrumento para el beneficio de intereses personales y corruptos. Estos partidos no están orientados a construir una visión a largo plazo para la sociedad, sino a aprovecharse del sistema político para acceder al poder y perpetuar prácticas que perjudican el bien común.

Características de un partido político de la chusma política

Falta de ideología o principios claros: Estos partidos no tienen una base ideológica coherente ni un compromiso programático definido. Cambian de posturas según las oportunidades políticas, adaptándose al discurso que mejor les garantiza votos. Ejemplo: Un partido que un año defiende el mercado libre y al siguiente apoya políticas estatistas, dependiendo de la tendencia popular del momento.

Estructura débil y clientelista: Su organización interna carece de bases sólidas y se mantiene gracias al clientelismo. Los líderes concentran el poder, y los militantes suelen estar allí por interés personal, no por convicción.

Enfoque en el corto plazo: No tienen un plan de desarrollo sostenible ni estrategias a largo plazo para la región y el país. Se concentran en medidas populistas o simbólicas para obtener apoyo inmediato. Ejemplo: Prometer construir 10 hospitales en un año sin prever presupuesto.

Corrupción como práctica central: Funcionan como redes de corrupción para saquear recursos públicos, negociando contratos estatales, obras públicas y cargos. La política es vista como un negocio lucrativo.

Falta de transparencia y rendición de cuentas: Operan sin mecanismos internos ni externos que garantizan la fiscalización de su financiamiento, la elección de sus candidatos o la implementación de sus políticas.

Uso de la demagogia y la polarización: Estos partidos recurren al discurso populista y a la manipulación de las emociones para dividir a la ciudadanía y consolidar su base de apoyo, en lugar de promover la unidad nacional.

Cooptación del Estado: Cuando llegan al poder, convierten las instituciones públicas en extensiones de su estructura partidaria, nombrando aliados políticos en lugar de técnicos competentes. Ejemplo: Designar a un miembro del partido como director de un ministerio clave, aunque carezca de experiencia o preparación.

Perspectivas de un partido de la chusma política

Poder como herramienta de enriquecimiento: El objetivo principal no es transformar la sociedad, sino utilizar el poder político como una vía para enriquecerse personalmente o beneficiar a un círculo cercano.

Mantenimiento del statu quo: Estos partidos no buscan cambios estructurales porque su existencia depende de mantener las condiciones actuales que les permiten operar con impunidad.

Ampliar su influencia mediante redes clientelistas: Aspiran a consolidar su poder a través de favores, prebendas y el control de recursos públicos, creando dependencia en ciertos sectores de la población.

Fragmentación como estrategia electoral: Aprovechan la multiplicidad de partidos y la desinformación para confundir a la ciudadanía y dividir el voto, logrando su representación con porcentajes mínimos.

Modo de hacer política

Compra de voluntades: Se aseguran apoyos políticos mediante prebendas, empleos públicos o beneficios directos a los votantes y líderes comunitarios.

Cooptación de medios de comunicación: Controlan o manipulan medios locales y nacionales para influir en la opinión pública y silenciar críticas. Ejemplo: Ofrecer contratos publicitarios a cambio de cobertura favorable.

Influencia en el aparato judicial: Buscan controlar o debilitar las instituciones de justicia para garantizar la impunidad frente a actos de corrupción o abuso de poder. Ejemplo: Impulsar leyes para proteger a políticos de investigaciones judiciales.

Campañas basadas en el espectáculo: Privilegian la imagen y el impacto mediático sobre los contenidos programáticos. Utilizan consignas pegajosas y promesas grandilocuentes para atraer votantes.

Aliarse con grupos de poder fáctico: Establecen alianzas con empresas, sindicatos o grupos informales para garantizar recursos o apoyo logístico, aunque esto contradiga sus discursos. Ejemplo: Defender públicamente a las comunidades indígenas mientras negocian concesiones mineras en sus territorios.

Un partido político de la chusma política no construye, destruye. Su impacto es profundo porque institucionaliza prácticas que normalizan la mediocridad y el abuso de poder. Reconocer sus características y modos de operación es el primer paso para combatirlos. Solo a través de una ciudadanía organizada, informada y exigente será posible superar la influencia de estos partidos en Loreto, el Perú y otras regiones afectadas por problemas similares. 

(Alberto Vela)

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