269 ¿Turismo de lujo o gestión responsable? El alcalde de Iquitos y sus regidores en eventos globales

En una ciudad con huecos que parecen piscinas olímpicas y un tráfico más desordenado que un mercado en plena fiesta patronal, uno pensaría que el alcalde y sus regidores estarían demasiado ocupados tratando de solucionar los problemas de Iquitos. Pero ¡sorpresa! Parece que sus agendas están llenas… pero de eventos internacionales. Mientras… Iquitos se enfrenta a una de sus peores crisis de abandono urbano.

Sí, así como lo leen. Mientras el ciudadano común se las arregla entre baches, mototaxis alocadas y apuradas como si estarían en carrera, falta de señalización urbana, incumplimiento de las reglas de tránsito, una contaminación sonora digna de un concierto de heavy metal, inseguridad ciudadana, nuestras autoridades locales están viajando. ¿Y a dónde? A destinos de alto perfil, como Cali, Colombia, para la "COP de la Biodiversidad", y nada menos que El Cairo, Egipto, para discutir sobre "Ciudades Fluviales Globales para el Desarrollo Urbano Sostenible". Eso sí, van sin un especialista en desarrollo urbano o acondicionamiento territorial que los acompañe. ¿Resultado esperado? Exacto, CERO. No traen de vuelta ni una idea útil para Iquitos

Porque, si uno espera que de estos viajes traigan alguna idea innovadora para ordenar la ciudad o un simple plan para tapar los huecos de las calles, mejor nos sentamos cómodos y esperemos tranquilos. Ya van dos años en el cargo y en la gestión y ni un metro cuadrado de avance en la ciudad. Sin un plan estratégico, sin un plan de desarrollo urbano ni metropolitano que les guie, y mucho menos una hoja de ruta para que hagan algo por Iquitos y deje de ser una ciudad con caos urbano, sin pies ni cabeza. El alcalde y sus acompañantes parecen estar empeñados en poner a Iquitos en el mapa mundial, pero no por sus mejoras, sino por su abandono.

Es curioso. Viajan, sí. Van a eventos sobre sostenibilidad y desarrollo, sí. Pero regresan, y la ciudad sigue igual, o peor. Ni un rastro de las "ideas revolucionarias" de esos eventos, ni un intento de replicar lo que han visto en ciudades ordenadas como Leticia, Cali, Egipto, Aquí, mientras tanto, el turismo brilla… por su ausencia. ¿Qué visitante quiere pasear por una ciudad donde el tráfico es caótico, calles hueco hueco, llenas de basura y la inseguridad es el pan de cada día? Nuestros representantes locales parecen haber encontrado su "vocación diplomática" y andan recorriendo el globo, más preocupados por no perderse ni una invitación.

¿Qué se espera de un alcalde que, en vez de poner manos a la obra en la ciudad, parece más interesado en coleccionar sellos de pasaporte? ¿Qué puede aprovechar la ciudad de un economista que, en lugar de construir un desarrollo económico local, anda de turista con la plata del contribuyente? Y, lo peor, no es la primera vez. Entre viajes y viajes, su gestión está quedando en el anecdotario del “no pasó nada”.

La pregunta es, ¿hasta cuándo van a seguir “paseando” sin resultados? ¿Hasta cuándo van a justificar estos viajes internacionales sin que Iquitos vea ni una señal de cambio? Porque, al final, quienes siguen pagando el precio del abandono son los mismos ciudadanos que intentan vivir en una ciudad que parece olvidada, no solo por sus autoridades, sino por todo el sentido de responsabilidad que deben tener.

Así que, estimados lectores, cada boleto de avión, cada hotel y cada viático que se llevan estos viajeros ediles no es solo un gasto -el costo del viaje a Egipto fue de 57,146.40 soles- es una oportunidad perdida. Es una obra que no se construye, una escuela que no se equipa, y una burla para cada ciudadano que espera, pacientemente, que su ciudad avance.

EL ASESOR PREFERIDO

Y si pensabas que el turismo internacional de nuestras autoridades era lo peor, ¡sorpresa! El regidor Steve Dávila que acompaño muy agradecido (¿compra de silencio?) al alcalde en este viaje a Egipto, se convirtió en el primero de su generación edil en denunciarlo por presunto peculado y pedir su vacancia. Según la denuncia de Dávila, nuestro alcalde Chong Ríos envió a su "hermano de crianza", el asesor Gino Gonzales, a Florencia, Colombia, en "comisión de servicio", supuestamente para representar a la ciudad. ¿Función pública o paseo familiar? La pregunta sigue abierta, especialmente porque Gonzales ni siquiera es funcionario, sino un asesor de confianza sin cargo público. ¿Y la gota que colmó el vaso? Gonzales también voló a El Cairo “con su propio dinero” —o al menos eso se dice—, aunque a esta altura ya no sabemos si reír o indignarnos. y sin formar parte oficial de la comitiva. ¿Un asesor financia su propio “turismo edil”? Es difícil de creer. ¿A qué fue entonces, y qué papel juega en esta red de viajes innecesarios?

Nadie duda de que la asistencia a estos eventos del alcalde y regidores de la Municipalidad Provincial de Maynas sobre desarrollo urbano sostenible, como los mencionados, podría tener potenciales impactos y significativos para el desarrollo urbano de Iquitos, los distritos y las zonas rurales de la provincia de Maynas, en varios niveles. Sin embargo, los resultados dependerán de factores como la seriedad de los representantes (veremos sus informes), su capacidad para aplicar lo aprendido y su voluntad de implementar políticas adaptadas a la realidad local. Permítanme reírme como Najar, un conocido periodista, Ja. Xoder.

Mientras tanto, alcalde y regidores, caras de palo, seguirán ocupados...en sus próximos destinos turísticos. Porque si va uno…van todos... hasta los asesores, de yapa.

Los medios y el “turismo político”: cuando el silencio es la mejor promoción de campaña

Mientras nuestro alcalde sigue recorriendo el mundo —de Cali a El Cairo— como un embajador sin resultados, sorprende el silencio de los medios de comunicación locales, esos mismos que deberían estar cuestionando cada uno de estos “viajes de estudio” sin ningún impacto visible en Iquitos. Pero no, en lugar de señalar la falta de avances o denunciar la carencia de planificación, los medios aplauden cada salida internacional como si ellos también fueran parte de la comitiva.

En lugar de exigir cuentas sobre el plan de desarrollo estratégico que no existe, o sobre los parches mal hechos en las calles, o el desorden vehicular, señalización de calles, contaminación sonora, prefiera actuar como si cada viaje fuese un logro en sí mismo. Al parecer, ser “invitado” a estos eventos —aunque sea solo de manera simbólica, a través de sus titulares— les otorga una especie de complicidad con el poder, de esas que les impide decir la verdad.

¿Dónde está el análisis, el cuestionamiento, la exigencia de respuestas? La realidad es que nuestros medios locales han optado por mirar hacia otro lado, por celebrar cada “logro” en el exterior mientras aquí la ciudad se deteriora. Parecen más interesados ​​en mostrar al alcalde como un protagonista de alfombra roja que como un gestor de una ciudad necesitada de orden y desarrollo.

Quizás, en el fondo, lo que realmente están celebrando es su propio acceso a la “historia oficial”. Porque mientras alcaldes y regidores viajan, lo único que avanza aquí es el oportunismo. Y así, entre aplausos y titulares complacientes, el alcalde sigue su campaña para el Senado sin siquiera despeinarse.

PARA VIAJAR: TODOS JUNTOS

Es difícil no levantar una ceja al ver cómo el alcalde de Iquitos parece más interesado en sellos de pasaporte que en soluciones para su ciudad. Mientras Iquitos se hunde en huecos, el tráfico avanza en una coreografía caótica, e impera el desorden y la inseguridad, el señor alcalde y su Consejo parecen enfocados en la "gestión de viajes".

Viajan con la excusa de "aprender" sobre el desarrollo urbano, pero vuelven con las manos vacías y la ciudad cada vez más desordenada y olvidada. Más que un líder comprometido con el progreso, da la impresión de ser un turista de lujo a cuenta del contribuyente, dejando que el verdadero desarrollo urbano de Iquitos siga como su gestión: sin rumbo, sin plan y sin resultados.

Parece que el alcalde no está solo en esta travesía internacional: cuenta con una bancada de regidores que, en lugar de fiscalizar su gestión, le dan el visto bueno a cada escapada con una mano alzada y la otra lista para el próximo pase. ¿Por qué será?

En vez de cumplir con el papel de supervisión, estos regidores se han convertido en cómplices de una gira turística financiada por el bolsillo de los ciudadanos, todos a la espera de su turno para el siguiente "viajecito". Así, mientras Iquitos sigue atrapada en un desorden urbano y sin una estrategia de desarrollo, nuestras autoridades ya tienen la maleta lista y el pasaporte en mano. ¿Y para los funcionarios, cuándo un viajecito?  

(Alberto Vela)

 

 

 

 

 


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