261 ¡QUE BRUTO! Los años “perdidos" de Loreto: ¡22 años de inversión de miles de millones y seguimos en el atraso!

En su poderoso análisis "Los años perdidos", el economista Roger Grández nos entrega una radiografía cruda y dolorosa de Loreto, una región que lleva dos décadas acumulando fondos y despilfarrando oportunidades. 22 años en los que  16 mil millones de soles han pasado por las arcas públicas, alimentando una “gestión” que, lejos de encaminar a Loreto hacia el desarrollo, lo están empujando hacia el fondo de un pozo cada vez más oscuro.

Por fin, una explicación clara del porqué seguimos sin agua potable, saneamiento, energía, ni conectividad adecuada en Loreto: 22 años de mala administración y un festín de incompetencia que ningún gobernador ha tenido la decencia de corregir. Los políticos locales parecen haber convertido la región en su escenario personal de poder y despilfarro. Y ahora, con cuatro años más bajo la gestión de René Chávez, ¿veremos por fin el cambio que Loreto necesita o simplemente continuaremos acumulando años perdidos?

Loreto, una de las regiones más ricas en recursos naturales y biodiversidad, podría perfectamente ser el ejemplo del desarrollo sostenible en Perú, pero ¿qué tenemos en cambio? Un crecimiento del PBI de apenas 1,3% al año. Sí, leyó bien: ¡en una región con tanto potencial! Este indicador no solo refleja la baja productividad, sino también la clara desconexión entre los recursos invertidos y los resultados. A ver, hagamos memoria: ¿qué nos prometieron esos gobernadores que han pasado desde hace 22 años? “Desarrollo”, “progreso”, “oportunidades de empleo”. Lo que realmente hemos recibido es una región con mayor pobreza, anemia y desnutrición en los niños, empleo informal en su máxima expresión y una infraestructura producto de la corrupción que se cae y que parece olvidada en la Edad de Piedra.

La política de la “sinfonía del atraso”

Parece que aquí cada gobernador es como un director de orquesta que llega con su “sinfonía”, un séquito de gerente y funcionarios –o mejor dicho, “genios” en la gestión pública– que, en vez de sumar a la región, vienen a hacer caja. Porque en Loreto, cada administración parece una obra maestra de improvisación y clientelismo. Esos “gerentes” que traen en sus filas muchas veces son personas que compran su cargo o amigos de los amigos financistas del gobernador o del alcalde. No importa si saben algo de administración pública o planificación; lo importante es que toquen al ritmo que marca el jefe. Resultado: un retroceso perpetuo en servicios básicos y una “sinfonía” que se traduce en una orquesta de corrupción y caos, en la que la población es quien paga la entrada al espectáculo.

43,5% de pobreza en 2024: un logro impresionante

En 2003, la pobreza monetaria en Loreto estaba en el 35.4%. Hoy, 22 años después y con millones de soles invertidos, hemos logrado subirla al 43.5%. ¡Casi un logro! Y no se preocupen porque la pobreza multidimensional, esa que incluye factores de salud, educación y vivienda, sigue siendo de las más altas del país. En otras palabras, después de todo este tiempo y con los millones que han pasado por las manos de nuestras “brillantes” autoridades, 15 mil 600 millones, la pobreza ha empeorado. ¿Qué han hecho esos gobernadores con esos recursos? Se supone que los millones deberían traducirse en un avance en los indicadores, pero en Loreto parece que solo se traducen en una brecha cada vez más amplia entre promesas y realidades.

 Mientras otras regiones avanzan, aquí en Loreto los últimos 22 años solo han servido para demostrar algo: podemos gastar millones y millones en nombre del “desarrollo” y quedar exactamente peor de donde empezamos. Porque ¿para qué mejorar si podemos tener a los mismos causantes y los mismos problemas, repetidos como un mal chiste?

La corrupción estructural: los dueños de Loreto

Loreto fue bendecido con la descentralización, pero aquí esa “autonomía” solo ha servido para que unos cuantos conviertan las instituciones públicas en su patio de recreo. Las elecciones, dicen, son democráticas; lo que nunca aclaran es que los ganadores llegan con una agenda propia, bien lejos de las necesidades del pueblo. Las instituciones públicas de Loreto han sido capturadas por intereses privados que, más que gestores del desarrollo, se especializan en ser administradores de pobreza. ¿Y para qué luchar contra la corrupción? Aquí, ser “gobernador” o “alcalde” parece más un sinónimo de “hombre de negocios” que de “servidor público”.

Planificación y gestión: dos palabras que Loreto jamás aprendió

Las autoridades han convertido el presupuesto en una fiesta de obras desconectadas y sin sentido, donde construir parece más importante que construir bien. Resulta que para que una inversión pública tenga valor, debería servir para algo, ¿no? Pues aquí se construyen obras que quedan tan bonitas en papel, y tan olvidadas en la práctica. Como ese famoso puente que nos llevaba a una huerta.

“Planificación y gestión: dos palabras que los políticos de Loreto        jamás aprendieron”

¡Ah, pero claro! Para aprender algo primero hay que tener el interés, ¿no? Pero a ver, ¿qué político en Loreto va a querer aprender de planificación y gestión si el caos es un negocio tan lucrativo? ¿Para qué entender de desarrollo sostenible si aquí solo basta con saber dos cosas: cómo inaugurar una obra incompleta y cómo usar el micrófono para prometer otra?

Es increíble cómo los políticos de esta región podrían fundar su propia escuela de “Improvisación Total”. Porque aquí la planificación parece una ciencia oculta y la gestión, un cuento de hadas. ¿Que construir sin planear nos sale más caro? ¡Qué importa! ¡Si el dinero no es suyo, es del pueblo! Pero qué va, la política de Loreto no entiende de términos tan avanzados. ¿Visión a futuro? Nah, mejor “tapemos huecos” y sigamos haciendo la gran finta de que aquí se hace algo, mientras la región sigue sumida en la pobreza y la falta de oportunidades. ¿Planificación y gestión? Para estos políticos, eso debe sonar como palabras en otro idioma.

Los políticos de Loreto se han especializado en la "gestión de la nada". Ahí los vemos, orgullosos, con discursos grandilocuentes sobre las obras corruptas que logran inaugurar, aunque al poco tiempo se derrumben. Para estos gobernantes, el término “proyecto a largo plazo” no existe. Aquí todo es parche, todo es "aquí y ahora", ignorancia en planificación y negligencia en gestión. (Alberto Vela)

 

 

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