260 UNA PAUSA PARA REFLEXIONAR SOBRE EL TRABAJO DE INFORMAR

Queridos lectores,

Hoy, al cumplir nuestra publicación número 260, queremos hacer una pausa para reflexionar sobre el trabajo de informar de manera independiente y libre y  de los desafíos y recompensas que esta tarea representa tanto para quienes la realizamos como para la sociedad a la que servimos.

La independencia periodística es un camino desafiante, muchas veces solitario y, en ocasiones, poco comprendido. No alinearse a intereses de poder o de beneficio personal es, en la mayoría de los casos, una elección difícil que implica sacrificios. Este camino nos exige objetividad, transparencia y un compromiso constante con la verdad y con los valores éticos que nos guían. Sin embargo, al recorrerlo, encontramos recompensas mucho mayores, no en aplausos o beneficios, sino en la satisfacción de contribuir a una sociedad más justa, informada y consciente de su realidad.

Nuestro trabajo nace de la convicción de que cada persona merece saber lo que sucede en su entorno sin filtros ni intereses. Sabemos que este trabajo tiene efectos profundos, tanto personales como sociales. A nivel personal, la independencia nos permite mantenernos fieles a nuestros principios, experimentar una libertad que no tiene precio y sentir que estamos siendo útiles a la sociedad en su conjunto. A nivel social, el periodismo independiente tiene el     potencial de empoderar a las    comunidades, defender la justicia, denunciar las injusticias y, en última instancia, dar voz a quienes suelen ser ignorados.

Al mirar hacia atrás, agradecemos profundamente a cada uno de ustedes, nuestros lectores, quienes han estado aquí, nuestro siguiendo trabajo, apoyándonos y confiando en nuestra misión. Gracias a su respaldo, podemos seguir adelante, seguros de que este proyecto tiene un impacto real en la vida de nuestra comunidad y en la construcción de un futuro más transparente y justo.

Nuestro compromiso sigue y seguirá siendo el mismo: brindarles información seria, veraz e imparcial. En este camino, su acompañamiento es nuestra mayor recompensa. A ustedes, dedicamos esta publicación número 300, y les agradecemos por permitirnos ser parte de sus vidas y su conocimiento diario. 

La Misión de Informar con Independencia: Un Compromiso Inquebrantable

En un contexto donde la corrupción se ha infiltrado hasta las instituciones que deben ser las garantías del desarrollo y bienestar de nuestras comunidades, informar con independencia se convierte en un acto de resistencia y responsabilidad. Nuestra misión, más allá de la búsqueda de noticias o titulares, es preservar y transmitir la verdad. Esta verdad, aunque pueda incomodar a quienes ostentan el poder y a quienes se benefician de sus abusos, es la piedra angular sobre la que se construye una sociedad justa y consciente.

El periodismo independiente existe para ser el ojo vigilante y la voz de quienes no tienen otra vía para ser escuchados. En un ambiente donde los políticos, encargados de salvar el bienestar público, usan el presupuesto del Estado para enriquecerse y asegurar su influencia, el papel de una prensa libre es más necesario que nunca. Los ciudadanos merecen saber cómo se administran sus recursos, entender por qué las promesas de desarrollo quedan en palabras vacías y responsabilizarlos cuando los derechos de la población son ignorados en nombre del beneficio propio.

Informar sin someterse a estos intereses exige valentía y, muchas veces, sacrificio. Quienes elegimos este camino sabemos que implica enfrentar presiones, manipulaciones y amenazas, pero también sabemos que nuestra lealtad no está con los poderosos, sino con la comunidad a la que servimos. La independencia no solo nos da la libertad de decir lo que debe ser dicho, sino también de inspirar a otros a actuar, a exigir cuentas ya recordar que el poder es, en última instancia, un encargo de la ciudadanía.

Enfrentarse a instituciones corruptas no es fácil, pero en una sociedad donde la corrupción ha corrompido casi todo, informar con integridad es el acto de resistencia más poderoso que tenemos. Nuestro compromiso es y seguirá siendo con la verdad, con la justicia y con el derecho de todos a vivir en un país donde las instituciones existen para servir al pueblo, no para explotarlo.

Contra el silencio comprado y la complicidad de los medios

Hay pocas cosas más indignantes y destructivas que el silencio comprado, especialmente cuando son políticos corruptos quienes lo orquestan y medios quienes lo aceptan. En cada acto de corrupción, en cada maniobra para desviar fondos públicos, en cada abuso de poder encubierto, quienes más pierden son las personas que día a día construyen este país, aquellos que confían en que los medios de comunicación los informarán con la verdad y les mostrarán lo que otros intentan esconder. Y sin embargo, el poder de ese silencio corrupto no es nada sin la complicidad de los medios que, cediendo a intereses y presiones, eligen callar la verdad y alaban al opresor.

Cuando los políticos compran a los medios, cuando los periodistas eligen su bolsillo en lugar de su responsabilidad, se traiciona no solo la esencia del periodismo, sino a cada ciudadano que confía en su trabajo. Esa traición tiene consecuencias devastadoras para el desarrollo y el bienestar de la región y del país: los proyectos vitales quedan paralizados, las necesidades urgentes de las comunidades se ocultan, y los recursos que deben servir a todos acaban en los bolsillos de unos pocos. Al callar, no solo se deja de denunciar una injusticia; se participa activamente en ella, en una red de impunidad que protege a los mismos políticos que, en lugar de servir, destruyen.

Es tiempo de que quienes han caído en ese juego de intereses despierten y entiendan que cada mentira, cada silencio y cada elogio comprado es un golpe a la confianza pública, un paso más hacia la erosión de la democracia y el bien común. No puede haber desarrollo ni progreso si los medios traicionan su propósito fundamental. Este país y esta región necesitan voces firmes, comprometidas y valientes que no se vendan al mejor postor, sino que rindan cuentas solo a sus lectores, al pueblo que tiene el derecho de conocer y decidir con información veraz.

A esos periodistas y medios que aún titubean, los conminamos a recordar su misión, a despertar su conciencia y tomar partido: no del lado de los poderosos que los usan, sino del lado de la verdad, la justicia y el bienestar colectivo. Porque el verdadero periodismo, el periodismo libre e íntegro, es uno de los pilares del desarrollo del país y la libertad.

 Un Llamado a Retomar el Compromiso con el Pueblo

En Loreto, hubo un tiempo, que desde una emisora ​​comprometida, se transmitía no solo información, sino el espíritu de una región que soñaba con justicia, con dignidad y con un futuro mejor para todos, especialmente para los más pobres. Ese medio no solo se limitaba a informar; era una verdadera herramienta de organización, la promoción de la organización comunitaria eran el latido constante para canalizar la lucha y la esperanza de quienes tenían tan poco, pero que siempre escuchaban en sus transmisiones una razón para mantenerse firmes.

Hoy, muchos extrañan ese tipo de compromiso. Se necesita, ahora más que nunca, medios que no olviden a quienes los necesitan para alzar su voz y defender sus derechos. Medios que eran un lugar donde el pueblo podía encontrar orientación, valor y compañía en su lucha por una vida digna. Que no haya titubeos ni ambigüedades cuando se trata de decir la verdad y de recordar que el verdadero servicio es hacia el pueblo, no hacia los intereses de quienes tienen hoy, el poder corrupto.

Sería provechoso ver renacer esa convicción en los medios de nuestra región, un retorno a ese valor primero, el de ser la voz inquebrantable de quienes tienen tan pocas oportunidades de ser escuchados, de aquellos que viven en la pobreza, desde su pueblo joven, desde su comunidad campesina o indígena. Recordemos que cuando los medios están con el pueblo y no con beneficios ajenos, se convierte en el verdadero motor de un cambio genuino. Esa misión de servicio lo convierte en un aliado para la justicia y la prosperidad de nuestra región. (Alberto Vela)

¡Que esa luz, que antes nos ilumino, pueda volver a brillar!

(Alberto Vela)

 

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