248 Dina Boluarte: la figura decorativa en el trono de un imperio en ruinas. ¿Estuvo en Iquitos?
En un país donde la política parece un mal chiste y la corrupción se ha convertido en el deporte nacional, Dina Boluarte se encuentra al mando del poder ejecutivo. Con un aprecio del 4% de la población y un desempeño que haría que cualquier titiritero se sonrojara, Boluarte es la última incorporación en el club de los líderes que se arrastran a través de la historia del Perú. Pero, ¿es esta mujer realmente una presidenta o simplemente la figura decorativa en el trono de un imperio en ruinas?
La "Líder" de Espaldas al Pueblo: Dina, la mami, que ha logrado eclipsar a sus predecesores en el arte de la indiferencia, se ha convertido en la mascota política de las fuerzas armadas, en especial del ejército y la marina. En su reciente visita a Iquitos, donde se suponía que iba a inaugurar barcos para la Marina de Guerra, no fue más que un evento que pasó desapercibido. Los medios, ¿dónde estaban? ¡Ah, sí! Casi nadie se enteró. Un evento entre militares y su "mascota" que demuestra que la distancia entre el poder y el pueblo sigue creciendo.
Un Circo Político: Mientras la inseguridad se desploma a niveles estratosféricos y la economía se asemeja a un naufragio, Boluarte parece más interesada en lucir sus joyas y relojes caros que en gobernar. ¿Quién necesita un plan de acción para combatir la corrupción y la crisis económica cuando puedes optar por un par de cirugías plásticas? Tal vez piensa que, al cambiar su imagen, también puede cambiar el desastroso estado del país.
Las Fuerzas Armadas: ¿Los Nuevos Villanos? Con sus hombres de verde cuidando de ella como si fuera un huevo de oro, los militares están jugando un papel que muchos podrían considerar como traición a la patria. Este hecho evoca ecos de la traición fujimorista. Pero, ¿qué piensan realmente de su papel en este zafarrancho político? ¿Sienten que están haciendo lo correcto al proteger a una presidenta cuya legitimidad es tan sólida como un castillo de naipes?
Un Acuerdo Tácito de Impunidad: Boluarte, el Congreso y las Fuerzas Armadas parecen haber formado un acuerdo tácito donde todos los involucrados se benefician de la corrupción mientras el pueblo sufre. Los problemas se multiplican, pero ellos continúan en su burbuja de impunidad, sin preocuparse por la devastación que están causando en la nación. El Perú se ha convertido en un escenario donde los únicos ganadores son los actores de este grotesco drama.
Esperanzas Desvanecidas: Mientras la ciudadanía se aferra a la esperanza de un cambio, es evidente que los líderes en el poder no tienen intención de servir al país. Esta situación plantea una pregunta inquietante: ¿por qué todavía hay quienes creen que algo bueno puede surgir de un sistema tan arraigado en la corrupción? Tal vez, en un mundo alternativo, la realidad se comporta de forma diferente, pero en el Perú, es una ilusión.
Conclusión: Con Dina Boluarte al mando, el Perú no está en camino hacia un futuro justo y prospero, brillante. Más bien, se encuentra en una travesía a ciegas, gobernada por una figura que no representa a su pueblo y que ha demostrado ser más un título que un verdadero líder. Al final, solo queda preguntarse: ¿será que un país que se aferra a su esperanza puede encontrar la fuerza para desterrar a quienes no tienen interés en su bienestar? La historia aún no ha terminado de escribirse, pero las páginas están llenas de un tono que, con certeza, carece de risas.
El cambio que nunca llega... y no va a llegar
En medio de la crisis política y social que consume al Perú, muchos se preguntan qué significaría realmente un "cambio" en este país. Un cambio real, con un futuro más justo y próspero, parece una utopía en manos de un gobierno que no solo ha demostrado su ineficiencia, sino que además está comprometida hasta el cuello con las élites corruptas que han secuestrado el poder. Y mientras tanto, las instituciones que supuestamente deberían velar por los intereses del pueblo, parecen más interesadas en hacer la venia a sus amos de turno.
Un Gobierno en Piloto Automático: ¿Cambio real? ¿Es esto lo que esperábamos cuando Dina Boluarte asumió el poder? Porque si esto es lo que llama "gobernar", lo hace con la precisión de un avión en piloto automático... pero uno que va directo al desastre. Bajo su liderazgo, las políticas públicas son inexistentes, la economía está en caída libre y la seguridad ciudadana es una broma cruel. ¿Es este el futuro próspero que no prometieron los demócratas en el Congreso? ¿Para esto hicieron lo imposible para sacar del poder a un presidente legítimamente constituido? Difícil de creer, sobre todo cuando la prioridad parece ser hacerse retoques faciales mientras el país se desmorona.
Las Instituciones: Los Mejores Espectadores del Caos: Las instituciones públicas, claro está, se han convertido en el palco VIP del colapso. La Policía, ocupada en proteger a su "patita de conejo de la buena suerte" presidencial, se ha olvidado de la inseguridad que aterroriza al ciudadano de a pie, a los trabajadores y empresarios. Las Fuerzas Armadas, guardianes del status quo, juegan su propio juego, apostando a que el barco siga a flote el tiempo suficiente para llenar sus bolsillos. Y ni hablar del Congreso, donde los "legisladores" parecen más concentrados en legislar para los extorsionadores que para el bienestar de sus compatriotas. Porque, ya se sabe, nada dicen sobre "desarrollo" como defensores de los intereses del crimen organizado.
¿Cambio de Sistema? Tal Vez en Otra Vida: Pero ¿quién se atreve a hablar de un cambio de sistema? Cualquier intento de reforma real sería rápidamente sofocado por los intereses de las élites que no están dispuestas a perder su jugoso negocio. Los grandes ganadores de este zafarrancho —los mismos grupos de poder que gobiernan desde las sombras— tienen claro que su única preocupación es mantener el control, incluso si eso significa dejar al país hundido en el caos.
Y mientras tanto, los ciudadanos siguen esperando que las promesas de un futuro mejor no sean solo humo. Pero, francamente, ¿cuándo fue la última vez que una promesa de campaña significó algo en el Perú?
El Pueblo: Los Eternos Perdedores: ¿Quiénes son los verdaderos perdedores de todo este teatro? El pueblo, por supuesto. Atrapado en la recesión, la violencia y la desesperanza, los peruanos ven cómo sus esperanzas se desvanecen ante el espectáculo dantesco que ofrece su gobierno. Pero no importa cuántos paros, marchas o protestas realicen, siempre se encuentran con la misma respuesta: represión, indiferencia y, por supuesto, más promesas vacías.
A Modo de Conclusión: El Cambio Que No Llega: Un futuro justo y próspero para el Perú no está en los planos de este gobierno ni de sus instituciones. El país necesita un cambio radical, pero mientras los mismos actores sigan en escena, el guion será siempre el mismo. Un cambio real implicaría el fin de los privilegios, el fin del saqueo de los recursos y la protección de los derechos de los ciudadanos. Pero, como todos sabemos, eso sería demasiado pedir de un gobierno y unas instituciones que parecen incapaces de pensar más allá de sus propios intereses.
Entonces, ¿habrá un futuro mejor? Tal vez, pero solo si el pueblo deja de esperar milagros de aquellos que se benefician del caos. Mientras tanto, seguiremos viendo cómo el Perú se sigue desmoronando, ladrillo a ladrillo, mientras quienes deberían defenderlo juegan a las escondidas en los pasillos del poder. (Alberto Vela)
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