242 CONTRALORÍA: 67 Obras Abandonadas en Loreto. Una estafa a plena luz del día y no pasa nada ¿Por qué ah?
El Perú está lleno de promesas rotas. Hasta agosto de 2024, el país ha registrado un total de 2260 obras paralizadas, esparcidas por todo el territorio y representando un despilfarro monumental de más de S/ 33,149 millones. En total, quedan S/ 15,576 millones por ejecutar, pero lo que vemos a diario son proyectos abandonados, obras que nunca llegaron a ser más que un espejismo. De las 2260 obras detenidas, 1669 pertenecen a gobiernos locales, seguidas de entidades del gobierno nacional con 316 y los gobiernos regionales con 275 proyectos inconclusos.
Según Contraloría, Loreto no es la excepción en este escenario de
abandono. En nuestra región, 67 obras públicas han sido paralizadas, víctimas
de la corrupción y la falta de control. Mientras las constructoras huyen con
los bolsillos llenos y los funcionarios siguen en sus puestos, las carreteras,
hospitales y escuelas quedan en el olvido. El sector Transportes y
Comunicaciones lidera el ranking con 614 obras paralizadas a nivel nacional,
seguido de Vivienda, Construcción y Saneamiento con 503, Educación con 348, y Agricultura
con 280.
Es doloroso escribirlo, pero lo que está sucediendo en nuestra región es
una estafa a plena luz del día. Empresas constructoras firman contratos
millonarios para levantar puentes, hospitales y centros educativos, y a medio
camino se largan, dejando a miles de personas en el abandono. Y lo hacen sin
consecuencia alguna. ¿Cómo es posible que puedan firmar un contrato y, al
poco tiempo, dejar la obra a medias sin que nadie les toque un pelo?
La Corrupción como el Motor del Saqueo
El secreto a voces de este modus operandi es
claro: la corrupción. Lo vemos repetirse
una y otra vez. Las constructoras coluden con funcionarios de gobiernos locales
y regionales para asegurarse contratos inflados, sabiendo que, tarde o
temprano, podrán abandonar las obras sin que les pase nada. Los millones que
deberían estar destinados a mejorar nuestras carreteras, nuestros hospitales, a
dar agua potable a nuestras comunidades, terminan repartidos entre bolsillos
privados.
¿Y el pueblo? El pueblo, como siempre, mira desde la orilla, esperando
que algún día el puente termine de construirse o que la obra prometida en
tiempos de campaña deje de ser una maqueta de cartón.
¿Quién Responde por Este Crimen?
No se trata solo de la empresa que abandona la obra. No. Los verdaderos
responsables son aquellos que, desde la comodidad de sus oficinas, facilitan
este saqueo. Los gobiernos locales y regionales que firman contratos sin
asegurar que las empresas tengan la capacidad de cumplir. Los funcionarios
públicos que cierran los ojos ante las irregularidades porque ya tienen una
tajada del botín.
Y lo peor es que, cuando estos crímenes salen a la luz, no pasa nada.
Los mismos funcionarios siguen en sus puestos, las constructoras siguen ganando
contratos, y el ciclo de corrupción se perpetúa. La impunidad es el aceite que
mantiene funcionando esta maquinaria de robo institucionalizado.
El Costo Humano de las Obras Abandonadas
Cada obra paralizada tiene un rostro humano. La escuela que nunca se
terminó es un grupo de niños que debe caminar horas para estudiar en un salón
improvisado. El hospital sin terminar es una madre que no puede recibir
atención médica cuando más lo necesita. El puente a medio construir es un
agricultor que pierde su cosecha porque no puede cruzar con sus productos.
Esas 67 obras abandonadas en Loreto no son solo números en un informe de
la Contraloría. Son el dolor y la frustración de miles de personas que, una y
otra vez, ven cómo se les promete desarrollo y se les entrega miseria.
¿Hasta Cuándo Permitiremos Este Abuso?
Ya me canso de estar informando sobre estos hechos. Parezco noticiero
mañanero. Eso nomas, las mismas noticias todos los días. Solo espero que esta
verdad por lo menos incomode a los corruptos. Pero no voy a desmayar hasta que
los responsables sean señalados, investigados y castigados, y las constructoras
que abandonan obras tienen que pagar por sus crímenes, y los funcionarios que
permiten estos desfalcos deben ser destituidos y enfrentarse a la justicia.
La pregunta que nos sigue atormentando es: ¿Cuándo dejaremos de ser
espectadores de nuestro propio desastre? Los sueños de miles de peruanos
están enterrados bajo toneladas de cemento sin terminar, y nadie parece tener
la voluntad de desenterrarlos.
(Alberto Vela)
Comentarios
Publicar un comentario